Ethereum (ETH) tiene un historial de desafiar las expectativas. En el mercado alcista de 2020-2021, ETH se disparó más del 3900%, pasando de menos de $100 a casi $4900 en su punto máximo.
Ese aumento fue impulsado por el auge de las finanzas descentralizadas (DeFi), los NFT y una ola de interés institucional. Ahora, cuando Ethereum entra en un nuevo ciclo respaldado por fundamentos más sólidos y una adopción más amplia, los inversores se están preparando para una posible repetición.
Esta vez, la historia va más allá de la especulación minorista. La demanda institucional se está acelerando a un ritmo récord, con los ETF de Ethereum, los rendimientos del staking y las asignaciones de tesorería corporativas que están remodelando la dinámica del mercado.
La demanda institucional redefine la posición de mercado de Ethereum
En 2025, los ETF basados en Ethereum han superado con creces a sus homólogos de Bitcoin, atrayendo más de $12.1 mil millones en activos bajo gestión.
Solo el iShares Ethereum Trust (ETHA) de BlackRock registró casi $300 millones en entradas en agosto, lo que subraya el creciente apetito de Wall Street por la exposición a ETH. Mientras tanto, los ETF de Bitcoin enfrentaron más de $1.1 mil millones en salidas, lo que indica un cambio dramático en la asignación de capital.
Más allá de los ETF, las empresas públicas ahora poseen el 3,4% del suministro total de Ethereum, con más de 3,5 millones de ETH apostados en las tesorerías corporativas. Nombres conocidos como Ferrari y Deutsche Bank están integrando Ethereum en pagos, plataformas de tokenización y sistemas de liquidación.
A diferencia de Bitcoin, que sigue siendo una reserva de valor sin rendimiento, Ethereum ofrece a las corporaciones oportunidades de generación de rendimiento a través de recompensas de staking del 3–5%, lo que lo convierte tanto en un activo de tesorería como en un instrumento productivo.
El precio de ETH registra algunas pérdidas en el gráfico diario. Fuente: ETHUSD en Tradingview
Por qué ETH podría volver a superar
El caso alcista a largo plazo de Ethereum se basa en tres pilares:
- Mecánica deflacionaria: Las actualizaciones posteriores a la fusión y las quemas de tokens han reducido el suministro de ETH en un 0,1% trimestral, lo que refuerza la escasez.
- Generación de rendimiento: Con casi el 30% de ETH apostado, las instituciones disfrutan de rendimientos consistentes ausentes en el modelo de Bitcoin.
- Claridad regulatoria: La SEC y el marco MiCA de Europa han reclasificado Ethereum como un token de utilidad, dando luz verde a los ETF y a la adopción a gran escala.
Ethereum ahora impulsa el 53% de la tokenización de activos del mundo real, fortaleciendo su papel como columna vertebral de las finanzas descentralizadas y los acuerdos digitales.
Los analistas de Standard Chartered y otras firmas pronostican que ETH podría alcanzar los $7,500 para finales de 2025, con objetivos potenciales a largo plazo de $12,000–$18,000 a medida que se acelera la adopción.
Conclusión final
Ethereum ya no es solo el "hermano pequeño" de Bitcoin. Su perfil híbrido, un activo deflacionario, generador de rendimiento y impulsado por la utilidad, lo convierte en una opción convincente tanto para los inversores institucionales como para los minoristas.
Si el rally del 3900% del ciclo anterior fue una vista previa, la siguiente fase podría replantear la forma en que se valora Ethereum, no solo como una criptomoneda, sino como la capa de infraestructura en las finanzas globales.
Imagen de portada de ChatGPT, gráfico de ETHUSD de Tradingview